Trementinaires



Mujeres sabias,curadoras de todos los males.
Nómadas, mujeres que andaban por el mundo.

Las trementinaires eran mujeres que llevaron un oficio que no data de antes de 1875. El cual se basaba en el conocimiento de plantas y de sus virtudes medicinales. Con las cuales, mediante un proceso de elaboración, hacían remedios ancestrales; adquiridos por transmisión oral.
De todos los remedios que elaboraban el mas vendido era la trementina, de allí su nombre. Este estaba hecho de resina de pino rojo con aplicación curativa sobre picaduras de insectos, erupciones cutáneas, resfriado, torceduras, pinchazos.

Estas mujeres vivían en el pirineo catalán, en el valle de Lavansa y Tuixent. Comarca del Alt Urgell, provincia de Lleida.
Este es un territorio muy accidentado geográficamente, presentando grandes desniveles y alturas. Con mucho campo de cultivo y ganado.
Su clima es de alta montaña pirenaica, con estaciones o muy frías o muy calurosas.

El valle en el siglo XIX llevaba un sistema económico de producción autosuficiente, la gente allí producía para su propio consumo y/o para el intercambio con los distintos vecinos del valle.
El trabajo allí estaba distribuido por edades y sexo. El hombre se dedicaba mas a las tareas del campo, ganadería y bosque. Y la mujer al hogar, el huerto, los animales de corral, recolección de miel y productos del bosque, la fabricación de conservas, embutidos y quesos.
Igualmente el contrabando, que también llego a ser un oficio en la zona debido a la proximidad con Andorra y Francia, era ejercido tanto por hombres como por mujeres. Estos se dedicaban a contrabandear telas y tabaco.
Mientras en otras zonas del pirineo se había evolucionado con respecto a la industrialización, el valle seguía funcionando con su propia economía, es por ello que podemos decir que es el ultimo sitio en donde entra el capitalismo. Pero es aquí en donde muchas familias deciden marchar del valle para formar parte de esa industrialización que se estaba gestando y la economía del valle decae.
En este contexto es donde surge el oficio de trementinaire, como medio de obtener ingresos complementarios para el hogar. Lo cual nos deja claro que eran las mujeres de familias pobres las que se ocuparon de ello.



El oficio:
Esta es una actividad de tradición familiar, con una genealogía centrada en las mujeres; en la cual hablamos de tres generaciones: abuela, madre y nieta (aunque no necesariamente tenia que haber continuidad generacional en el desarrollo de la actividad).
Estas mujeres salían a vender sus remedios 1 o 2 veces al año, con viajes que duraba desde cuatro meses a un año. Haciendo largas rutas que recorrían todo el pirineo, llegando hasta la costa y pasando por Barcelona. llevando consigo los secretos y las hierbas de la alta montaña hasta donde no llegaban.
Preferían visitar zonas rurales y no mercadillos, caminando entre la montaña, siguiendo las rutas del ganado, visitando masias. Manteniendo una relación personal y directa con la gente a la que le vendían sus productos. Como cada año hacían la misma ruta, estas mujeres que curaban todos los males tanto de personas como de animales, eran esperadas y acogidas por sus clientes, y muchas veces estas se quedaban a dormir en sus casas. Los viajes se trataban de hacer respetando las navidades y semana santa, periodos que solían pasar en sus casas.
Estas mujeres salían en pareja a realizar estos viajes, una vieja y una joven aprendiz, las cuales no tenían por que tener una relación de parentesco, podían salir la suegra y la nuera, entre cuñadas o la asociación se podía establecer entre mujeres de un mismo grupo de edad.

Existía una etapa previa, un trabajo previo a la salida, al viaje, a ese andar por el mundo y era la preparación de la hierba, de los remedios.
Dicho trabajo no era simple, cada día había que desplazarse por un territorio montañoso, arrancar hierbas, transportarlas. Luego la fase de la clasificación, secarlas y ponerlas en bolsas, lo cual implicaba trabajar de noche todo lo recolectado en el día.
Y a todo ello se le suman las tareas domesticas y el cuidado de los niños.
Aunque debemos de decir que este era de gran ayuda en esa etapa previa de andar por el mundo, en la recolección y el preparado de hierbas y es así como se iba transmitiendo ese saber de manera oral y de generación en generación.

Organización del grupo domestico:
Algunas mujeres andaban por el mundo y otras se quedaban en casa.
Y cada grupo domestico adaptaba su organización y roles de sus miembros según la circunstancia. De todas maneras la mujer sustituía a la mujer, a veces la suegra ocupaba el rol de la mujer en la casa y se le llamaba la padrina. En otros casos las hijas mas grandes de hacían cargo del hogar y de sus hermanos, y en algún caso el hombre encaraba el cuidado de los niños.
Las mujeres embarazadas seguían andando por el mundo hasta poco tiempo antes del parto y volvían al oficio pocos mese después de haber parido a esx niñx.
Si bien la organización familiar no cambiaba cuando la mujer salía del hogar en el sentido de que los roles y funciones se seguían diferenciando entre hombres y mujeres, cabe resaltar que es uno de los pocos oficios en que la mujer deja el hogar para trabajar y que estas mujeres en particular pasaban muchísimo tiempo fuera de este y lejos de su familia, aunque lxs niñxs sean pequeñxs.
También el andar por el mundo establecía un contraste entre las mujeres que tenían la necesidad de salir de casa y las que no, implicaba el traspaso de un limite no solamente físico, sino que también moral.

Como salían estas mujeres a andar por la montaña:
Llevaban consigo una balanza pequeña, latas llenas de aceite colgadas a la cintura. Una gran bolsa de tejido de cáñamo llena de bolsas mas pequeñas de hierba, y se la colgaban como si fuera una mochila.
También llevaban una muda de ropa, documentación, cuchillo y algo para comer.

Desaparición del oficio:
Tal fenómeno se dio por un conjunto de factores:
La economía del valle se redefine, particularmente en roles económicos de hombres y mujeres.
Se comienza a gestar una apertura de rutas, crecían los pueblos y los mercados, ello hace que se llegue mas fácil a comprar hierbas.
A su vez se da un cambio en las generaciones mas jóvenes en la relación entre lo rural y lo urbano, comienzan a haber actividades urbanas que ofrecían un atractivo superior.
Por otro lado en los tiempos de la guerra civil la montaña era peligrosa para caminarla, lo cual disminuyo el transito de las tramentinaires.
Y por otro lado el “avance” e importancia que adquirió la medicina científica hizo que el oficio fuera desapareciendo.
El ultimo viaje realizado por las trementinaires data de 1982, el cual lo realizo Sofía d´ Ossera junto a su compañero Miquel, único hombre que ha realizado el oficio (según el material consultado).
Igualmente cabe destacar que si bien el oficio como tal ya no existe, se podría decir que siguen existiendo trementinaires, mujeres u hombres que siguen recolectando las hierbas y preparado remedios, llevándoselos a sus vecinos amigos y transmitiendo ese saber y manera de curarse mediante los medios que la naturaleza nos ofrece.




Algunos remedios de las trementinaires:
ACEITE DE ABETO: cura enfermedades pulmonares, riñones, uretra y llagas del estomago. Es diurético.

PEGA NEGRA: pasta resinosa que inmoviliza manos y pies del ganado en caso de dislocación.

ACEITE DE ENEBRINA: elimina parásitos de la panza.

CORONA DE REY: hierva abortiva, utilizada tanto en ganado como en las mujeres.

TE DE ROCA: infusión estomacal.

SALSUFRAGIO: infusión para piedras en los riñones.

ESCABIOSA: se toma para depurar la sangre y cuando se tiene sarampión. Sudorífera.

SALVIA: cura todas las enfermedades, clarifica la sangre.


“Mujer valerosa y fuerte
curandera ambulante
con gran conocimiento de hierbas
y remedios tradicionales.
Su habla expresiva y clara
con gran memoria
la hacían tan agradable
como un bello trino encantado.
Por doctores calificada
como joya de la naturaleza
por su complemento y ayuda
en curas realizadas.
Iba muy bien vestida
y nunca sola, con compañera,
generalmente aprendiz
a al cual un sueldo daba.
Era muy bien acogida
por todos los sitos que pasaba
hasta como de familia
había quien la esperaba.
Y siempre su conducta
era sincera y formal
y alas familias mas pobres
no les cobraba ni un real.”

Pere Serra Prat
Convecino de Tuixent.

Bibliografía consultada:
“Dones que anaven pel món”, Joan Frigolé Reixach.
Y las conversaciones con amigxs del pirineo.